La aparición repentina de lesiones en la piel o su cambio de aspecto pasan muchas veces desapercibidos, pero pueden ser señales de alarma que permitan tratar una enfermedad a tiempo. En esta nota compartimos el caso de una paciente del Centro Médico Vitus a quien acompañamos en el diagnóstico y tratamiento de un carcinoma basocelular, logrando óptimos resultados.
Hace unos meses recibimos en el Centro Médico Vitus a Laura, una paciente de 40 años que realizaba su consulta por una lesión de piel ubicada en el pabellón auricular (oreja). Aproximadamente un año atrás, cuando apareció la lesión —que era significativamente más pequeña—, había realizado una consulta sin que se llegara a un diagnóstico que indicara algún tratamiento específico. Con el paso del tiempo, fue el esposo de Laura quien le sugirió pedir una nueva opinión profesional dado que la lesión, lejos de desaparecer, había aumentado su tamaño.
Al llegar al consultorio de Dermatología, durante la exploración clínica y como prueba diagnóstica se realizó la dermatoscopía, una técnica sencilla que no genera dolor ni molestias. Es la herramienta fundamental utilizada para observar microscópicamente las lesiones, analizar ciertos patrones y así determinar con un alto grado de certeza si se está ante la presencia de una lesión tumoral. Luego de realizar el examen físico y analizar los antecedentes, la sospecha de estar ante un caso de carcinoma basocelular se hizo firme.
Además, se realizó una citología exfoliativa, que consiste en el raspado de la superficie de la lesión ulcerada, a fin de obtener una muestra que permita analizar las células
para luego indicar su resección.
Seguidos estos pasos diagnósticos, se decidió realizar la extirpación del tumor de piel. El tratamiento quirúrgico, fue llevado a cabo por el Dr. Ricardo Santiago (MP
20960/ME 9000), especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva —también integrante del plantel médico de Vitus— y consistió en la resección completa de la lesión, para luego realizar la reconstrucción del pabellón auricular respetando los elementos anatómicos, pudiendo lograr un muy buen resultado estético. La intervención se realizó bajo anestesia local asistida y posteriormente, se indicaron medicamentos antibióticos en forma profiláctica. La paciente tuvo una recuperación
rápida, sin complicaciones en el post operatorio y sin dolor, ya que no necesitó utilizar analgésicos después de las primeras 24 hs de realizada la cirugía. Finalmente, el análisis histopatológico, confirmó que los límites quirúrgicos estaban libres de lesión, un dato no menor considerando que estos cánceres de buen pronóstico pueden ser invasivos localmente, afectando a tejidos cercanos como, por ejemplo, el cartílago.
Durante este primer año, la paciente se realiza un control cada 3 meses, después de este periodo, deberá regresar dos veces al año para controlar la aparición de nuevas lesiones, si las hubiera.
