La decisión de tener un hijo está estrechamente vinculada a la responsabilidad de proteger una nueva vida que llegará al mundo. Una buena forma de comenzar a cuidarla es la realización de exámenes preconcepcionales que permitirán detectar y tratar problemas de salud que puedan afectar a la mujer, al desarrollo del embarazo o al bebé.

La recomendación de realizar una consulta médica en la etapa preconcepcional (previa a la búsqueda de un embarazo) tiene como meta llegar al momento del embarazo en las mejores condiciones de salud. Lo que se busca en este periodo es poder prevenir, diagnosticar y tratar aquellas afecciones que pudieran influir en la futura gestación, tomando medidas que permitan evitarlas o reducir su impacto.

El asesoramiento del especialista en ginecología y obstetricia, tiene como objetivo brindar a cada pareja información sobre Salud Reproductiva de manera clara y completa, para que puedan tomar decisiones adecuadas.

La información que se brinda en estas consultas abarca:

• El conocimiento de los factores de riesgo de cada embarazo, entre los que se encuentran: los antecedentes personales y familiares, los hábitos poco saludables y los factores ambientales.
• Los cuidados propios del embarazo y su etapa previa.
• Las distintas alternativas de medidas anticonceptivas para la planificación familiar, considerando la cantidad de embarazos previos y el tiempo transcurrido entre éstos (evitando así los intervalos intervalos menores a 24 meses entre un embarazo y el siguiente).

Luego de esta etapa exploratoria y apoyándose en prácticas diagnósticas complementarias como pueden ser análisis de laboratorio, estudios genéticos o interconsultas con profesionales de distintas especialidades, se podrá determinar si están dadas las condiciones para lograr un embarazo saludable.

En una segunda etapa, si se detecta la presencia de patologías o factores de riesgo es fundamental la indicación de los tratamientos adecuados y el seguimiento
particular de cada caso a fin de evaluar la evolución ymantener en todo momento informada a la pareja sobre su estado de salud.

En relación con la detección y prevención de infecciones, se buscará conocer el estado serológico de los futuros padres para realizar controles y el tratamiento adecuado. Por su implicancia a futuro, se examina la presencia de VIH/SIDA, rubéola, toxoplasmosis, sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual, enfermedad de Chagas-Mazza y hepatitis C.

También, se evaluará la afección de enfermedades crónicas, tales como hipertensión, diabetes mellitus, anemia, patologías uterinas, carcinoma de mama, epilepsia y enfermedades tiroideas, entre otras. 

En todos los casos, es necesario y primordial el trabajo interdisciplinario del equipo médico para mantener informados a los futuros padres sobre los cuidados y los posibles riesgos asociados.